A través de la música y el baile nos regalamos una oportunidad para expresar quiénes somos y cómo nos sentimos. Bailando recobramos la energía perdida y nuestra fuerza interior. Al bailar somos capaces de liberar las tensiones y recuperar la alegría.
No toda la música provoca este sentimiento de plenitud y ganas de vivir. Busca la música que te inspira y te empuja a moverte. Escoge canciones a propósito para cambiarte el estado de ánimo.
Aunque sea la primera vez... ¡Baila! Déjate llevar, improvisa, no te preocupes de cómo lo haces. Todo está bien.
Y si no puedes bailar con todo el cuerpo, baila sólo con las manos, o sólo con los pies, o sólo con la cabeza, o sólo con la sonrisa y con los ojos. Pero baila, muévete con tu imaginación, visualiza tu cuerpo danzando incansable, celebrando tu vida.
Baila, y deja que el tiempo se detenga al compás de tu música.
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