Danza tu vida

Danza tu vida

jueves, 23 de julio de 2009

TALLERES DE RISOTERAPIA: Sobre la luz y la risa

La luz comienza a encenderse, imagino, con el amor que recibimos desde pequeños y se mantiene a lo largo de los años gracias a la aprobación, el afecto y el apoyo de los que nos rodean. Pero tiene que haber un momento en que podamos dejar de depender de lo externo para generar esa energía, esa luz, desde dentro.
Albert Ellis, psicólogo norteamericano, habla de la autoaceptación incondicional como puerta a la paz interior y a la felicidad. Autoaceptación incondicional, sin condiciones, sin pruebas de acceso, sin exámenes, sin comparaciones, sin medidas externas aprobatorias o condenatorias. Autoaceptación incondicional a pesar de los defectos, el físico, las enfermedades, la vejez o cualquier otra condición que se nos ocurra imponernos.
Y esa autoaceptación va acompañada de un lenguaje adecuado, porque si nos aceptamos tal y como somos, sin condiciones, no podemos machacarnos con cientos de "yo debería" o "soy un desastre", o "qué horror" cuando me miro al espejo, "es que soy idiota" cuando me equivoco, etc. Cada uno sabe qué lenguaje utiliza y cómo.
Esa actitud, ese lenguaje, apaga la luz que todos llevamos dentro. Y quizás, si aprendemos a aceptarnos a nosotros mismos, aprenderemos también a aceptar cómo son los demás, liberándonos entonces de la carga de tener que cambiarnos a nosotros o a ellos para que las cosas vayan mejor.
¿Recuerdas la risa interior? Es un mensaje al mundo: me amo, me acepto, sin condiciones de salud, belleza, juventud, inteligencia. Tal y como soy está bien. Está perfecto. La risa enciende la luz.
Escrito por María

miércoles, 22 de julio de 2009

Un pensamiento para hoy

La luz debe venir de dentro

No podéis pedir a la oscuridad que se vaya

tendréis que encender la luz.


Sogyal RinpotchéDel libro "Despertares"

jueves, 9 de julio de 2009

Si ella puede reirse, ¿no vas a poder tú?

Luna, mi fiel amiga y compañera durante muchos años

Cambiar de perspectiva: utiliza la imaginación

Una opción más para cambiar de perspectiva y evitar que nos roben la sonrisa es utilizar la imaginación.

Utilizar la imaginación para crear en nuestras mentes escenas absurdas que nos hagan reír o por lo menos que quiten algo de seriedad al asunto que nos ocupa.
He leído en algún sitio la sugerencia de imaginar al crispado compañero de trabajo vestido sólo con ropa interior de colores chirriantes y a ser posible de lunares. 
Cualquier imagen divertida y exageradamente absurda nos ayuda a distraernos y evita que nos tomemos las cosas personalmente.
Otra opción tomar la posición del observador, que puede hasta llegar a observarnos a nosotros mismos cuando actuamos de modo irracional o excesivamente pasional. 
El observador es la persona que presencia una película o una obra de teatro sin implicarse. Verá por tanto el conflicto que surge a su alrededor sin sufrir por ello, observando desde la distancia pero sin dejarse llevar por la pasión y sin tomarse las cosas personalmente. Es otra forma muy poderosa de cambiar la perspectiva y mirar el mundo con otros ojos. Todos lo hemos hecho alguna vez, por ejemplo, cuando algún amigo nos relata una situación que él o ella viven como drama y en cambio nosotros le vemos su lado cómico que al otro le cuesta entender.

Cada uno nos creamos una película en la mente y posiblemente cómo ven la realidad los demás no tiene nada que ver con nuestra propia visión. Da un paso atrás y sitúate en la posición del observador.

Empieza practicando con cosas pequeñas. Observa a la gente en la calle, en las tiendas, en los parques. Vive la experiencia de observador y compárala con la de "persona implicada que se toma todo personalmente". Es un trabajo arduo pero muy liberador. 
Yo, a este tipo de ejercicios, los llamo "musculación emocional". Nadie consigue una buena forma física en dos días. Tampoco la inteligencia emocional se desarrolla en unas horas. Hay que trabajarla, y posiblemente sea un trabajo que nos lleve toda la vida. Pero merece la pena.

También es cierto que en ocasiones vivimos en ambientes intoxicantes que consiguen robarnos la paz y la sonrisa a pesar de nuestro esfuerzo. No podemos dar de lo que no tenemos, así que es importante que antes de entrar en situaciones contaminantes nos llenemos de fuerza, de sonrisas, de pensamientos positivos. Nosotros elegimos las fuentes. Gente nutritiva, películas divertidas, música energética, meditación, paseos en la naturaleza, foros de desintoxicación con amigos que nos ayuden a ver el lado cómico de las cosas...
Escrito por María