Apreciar lo que tenemos es un don que nos permite disfrutar de la vida sin lamentarnos de aquello de lo que carecemos.
Dar gracias, reales, por todas las oportunidades que se nos brindan cada mañana para aprender, crecer, disfrutar, compartir, reír, llorar… En fin, para ser y vivir, que es para lo que estamos en este mundo, para ser total y plenamente nosotros mismos.
La actitud de agradecimiento dirige nuestra energía, focaliza nuestra atención, hacia lo que tenemos. Las quejas, por otro lado, lo hacen hacia lo que no tenemos, creando en nosotros un sentimiento de carencia.
Ambas actitudes atraen más de lo mismo. Las quejas atraerán situaciones similares a aquellas de las que estamos tratando de huir. En cambio, el agradecimiento será como una cosquilla interior que aflorará a nuestro rostro en forma de sonrisa.
Valoremos todo lo que somos y seamos conscientes de nuestra fortuna.
Escrito por María
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