Ha sido un auténtico regalo para el alma y para los sentidos.
Gracias a todas las risueñas personas que allí nos encontramos, gracias a los que lo hicisteis posible.
Que este encuentro y los que seguimos viviendo cada día en torno a la risa hagan
posible que una sonrisa auténtica y de corazón
se extienda por el mundo entero.
Algunos disfrutaron de la
charca de barro por primera vez.
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