ACOMPAÑAR EL ÚLTIMO SUSPIRO
Dile que la quieres.
Dile que siempre estará en tu corazón, que forma parte de cada una de tus
células, que será parte de ti hasta que a ti te llegue tu último suspiro. Que
no la dejas sola, que no es tu decisión, que no hay nada que temer.
Díselo tanto si el
momento está por llegar como si ya fue, hace poco o mucho tiempo.
Susúrraselo
cuando esté dormido, entona con tu alma una canción de paz.
Ríndete si es la
hora o si ya fue. No preguntes “por qué” sino “y ahora qué”. Porque la vida
sigue y en tu vida continúa la suya, en tu risa sus buenos ratos, en el latir
de tu corazón cada momento que pasasteis juntos.
Suelta la necesidad de
que ocurran milagros especiales, porque el milagro más grande es todo el amor que compartís y eso
vivirá por siempre.
Dentro de ti hay un
pensamiento que te dará paz. Búscalo. El camino siempre es hacia dentro de uno
mismo.
Para ti. Para ella.
Para todos nosotros.
Con amor.
Escrito por María.