La mente que sirve al espíritu es invulnerable.
El espíritu es amor.
No sufras si te equivocas.
Si te descubres una y otra vez sirviendo a la voz del ego.
Respira, descansa.
Sabes que eres amor.
Mira a tu interior. Una y otra vez.
Respira, descansa.
Pon tu mente al servicio del amor.
No nos enseñaron a poner nuestra mente al servicio del amor.
Así que tenemos que olvidar lo que aprendimos.
Nos enseñaron a poner nuestra mente al servicio de
otros intereses, que no eran los nuestros.
Al servicio del "que dirán", de "a Dios rogando y con el mazo dando",
"de más vale pájaro en mano que ciento volando", de las "buenas notas",
"los buenos ingresos" y "familia de bien".
Yo prefiero mil pájaros volando que asustar uno entre mis manos.
Quiero ser yo misma despreocupada de lo que opinen los demás.
Quiero mirar en mi interior y descubrir que soy amor.
Quiero poner mi mente al servicio de ese amor.
Respiro, descanso. Soy invulnerable.
Escrito por María
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