Si dibujas una línea recta y colocas en el centro la palabra asertividad, podemos empezar a ver las diferencias con otras actitudes comunicativas: la inhibición o pasividad y la agresividad.
La inhibición o pasividad:
Las personas inhibidas o pasivas no expresan adecuadamente lo que sienten y quieren. Quizás porque no se atreven, quizás porque esperan que el resto del mundo adivine sus pensamientos. Les cuesta decir "no" y se sienten culpables fácilmente si no satisfacen los deseos de los demás.
Si tienes miedo a ofender a los otros es fácil que los demás se impongan sobre ti y que poco a poco te vayas olvidando de quién eres, sacrificando tu vida y tus propios intereses en favor de lo quieren los demás.
Vamos a realizar un pequeño ejercicio de consciencia:
¿Te sientes incómod@ al relacionarte con otras personas?
¿Evitas el contacto ocular? ¿Te tiembla la voz cuando tienes que realizar una petición?
¿Sacrificas tus opiniones para no disgustar a nadie?
¿Das demasiadas explicaciones de tus actos o te justificas a menudo?
¿Expresas tus sentimientos, dices que algo te desagrada cuando así lo sientes, haces respetar tu espacio personal?
¿Te atreves a decir "no" a peticiones que no quieres complacer?
Un poquito de consciencia abre un camino de cambio. Quizás no ocurra de la mañana a la noche, pero un punto de inicio: el darse cuenta de que nos tenemos que querer un poco más.
La agresividad
Las personas agresivas tienden a no respetar los derechos, sentimientos e intereses de los demás. No existe una única causa en una conducta agresiva. Pudiera ser que la persona que se comporta así haya despertado de un largo letargo de inhibición y pasividad, y éste haya sido el único camino para conseguir que se respeten sus derechos. Quizás no conoce otra forma de actuar.
Cualquiera que sea la razón, volvamos a mirar la línea dibujada arriba: hay un punto medio que nos va a reportar más paz y calidad de vida. Requiere consciencia y la práctica de algunas conductas.
Para ver dónde nos encontramos respecto a la agresividad, otro momento de reflexión:
¿Eres a menudo hostil o expresas tus opiniones de forma amenazadora?
¿Confías más en la violencia que en el diálogo para resolver conflictos?
¿Confundes sinceridad con "ser bocazas" y ofendes al otro sin necesidad?
¿Te lo tomas todo de forma personal, como si el resto del mundo estuviera contra ti, reaccionando en la misma medida?
¿Respondes al ataque con ataque, al insulto con insulto?
¿Te "pone de los nervios" que el mundo no sea como tú quieres que sea?
Es importante señalar que, en ocasiones, ser asertivo puede implicar elegir actuar de manera pasiva o mostrarse algo más agresivo porque la situación así lo exige.
"El mundo entero es un escenario y los humanos simplemente actores que entran y salen en diferentes escenas, y duranta su vida, cada uno representa muchos papeles".
Shakespeare
Escrito por María
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