Hay muchas estrategias para controlar las disrupciones en el momento en el que estas ocurren, pero estos trucos no hacen nada para enseñar a los estudiantes a desarrollar formas responsables de cubrir sus necesidades. Quizás nos guste presumir de nuestra capacidad para tener nuestra clase o nuestros hijos bajo control, pero esta capacidad de poco sirve si no estamos enseñando a los niños o jóvenes conductas responsables que no precisen de nuestra supervisión.
Además, algunas de estas estrategias pueden ser contraproducentes y fomentar la repetición de conductas indeseadas. Colocarnos al lado de un estudiante, por ejemplo, para obligarle a trabajar, está cubriendo su necesidad de atención, con lo cual no aprende nada, sólo ejercemos control sobre él. En el momento que nos alejemos la situación se repite o incluso empeora.
Las habilidades que necesitamos enseñar para fomentar la responsabilidad y la autonomía personal son, principalmente:
- La escucha activa: escucho no para responder sino para comprender.
- Las autoinstrucciones: una vez que comprendo la tarea, soy capaz de explicarme a mí mismo lo que tengo que hacer, paso a paso.
- La perseverancia: no me rindo. Si necesito aclarar dudas, lo hago. Si tengo que aprender nuevas formas de abordar una tarea, me aplico en ello.
- La búsqueda de información: no espero todas las respuestas del adulto. Puedo utilizar libros, Internet o preguntar a mis compañeros.
Escrito por María
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