Lección 6: Estoy disgustada porque veo algo que no
está ahí
Una vez más se
me pide que escudriñe mi mente buscando pensamientos de disgusto (ira, miedo,
preocupación, tristeza…) y lo que percibo como su causa.
No debo hacer
distinción entre disgustos grandes o pequeños, porque el objetivo final es
desprenderse de todos ellos.
El ejercicio
no me pide que profundice, tan sólo que, como en un acto de fe, acepte que las
cosas me disgustan por motivos distintos a los que pienso. Me maravilla que no
se haga distinción entre disgustos. ¿Me puede disgustar lo mismo que se me
queme la comida o que alguien querido enferme gravemente?
Respiro y
suelto los pensamientos de disgusto que han poblado mi día. Curiosamente, ni
uno de ellos ha conseguido hoy quitarme la paz.
Escrito por María
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