Lección
9: No veo nada tal como es ahora
El
entendimiento no es necesario a estas alturas, me dice la lección. Menos mal,
porque hacer este curso sigue constituyendo un acto de fe. Necesito la
práctica, no el entendimiento, el cual supongo que llegará a su debido momento.
Mi mente no
entrenada se resiste a pensar que lo que contemplo no está ahí o que nada de lo
que veo es realmente como lo veo ahora. ¿Cómo es, entonces? ¿Qué es lo que veo?
¿Este hijo que cambia de humor en segundos no es tal como lo veo ahora? ¿Este
cielo gris que presagia tormenta, tampoco es como lo veo ahora? Y,
¿este curso de milagros? Imagino que no, que cuando se abra mi entendimiento la
oscuridad desaparecerá y veré la luz, como la han visto otros antes que yo.
La sociedad,
por tanto, tampoco es como yo la veo. Ni las noticias, ni lo que dice la gente
de las noticias. No vemos nada como realmente es.
Mientras yo
hago este curso el mundo sigue girando y la lucha por un mundo mejor continúa.
Manifestaciones, quejas, publicaciones, correos para recoger firmas en defensa
de esto o aquello… Yo, en cambio, parezco haberme detenido en el tiempo. Por
primera vez me atrevo a cuestionar lo que veo, lo que oigo, lo que parece ser
verdad absoluta. Paro mis pensamientos y espero que llegue la luz.
“Criatura de
Dios, fuiste creado para crear lo bueno, lo hermoso y lo santo” (Texto 1.7.2.1)
“El mejor uso
que puedes hacer del cuerpo es utilizarlo para que te ayude a ampliar tu
percepción, de forma que puedas alcanzar la verdadera visión de la que el ojo
físico es incapaz” (Texto 1.7.2.4)
La verdadera
visión nace del corazón, pero nos empeñamos en ver sólo las formas, impregnadas
de pasado. ¿Somos capaces de vernos a nosotros mismos, al menos? Yo creo que
tampoco eso conseguimos. Me miro al espejo y no sé qué veo. Acepto con
dificultad el paso de los años, los estragos de las enfermedades sufridas, el
miedo al futuro. Todo ello ha dejado huella en mí, o al menos eso creo. Ya no
sé lo que es verdad y lo que no lo es.
Si fuimos creados para crear belleza, ¿por qué empeñarse solamente en
señalar lo feo?
Respiro
profundamente y miro a mi alrededor. Nada de lo que veo significa nada, porque
a todo le he dado el significado que tiene para mí, un significado basado en el
pasado. Tengo que aprender a mirar con ojos nuevos, quiero ver lo que hasta
ahora no he visto. Quiero olvidar el pasado y centrarme en este presente
infinito, repleto de posibilidades.
Escrito por María
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