I. ¿QUÉ ES LA ASERTIVIDAD?
¿Por qué molestarse en aprender algunas habilidades emocionalmente inteligentes?
Porque aprendiéndolas y practicándolas nos vamos a sentir más seguros de nosotros mismos. Una cosa lleva a la otra: más seguridad genera mayor confianza en uno mismo y, por lo tanto, vemos que somos capaces y aprendemos a querernos un poco más.
¿Qué es la asertividad?
La asertividad es la capacidad que todos tenemos de defender nuestros derechos, expresar nuestras opiniones y sentimientos con tranquilidad y hacer peticiones legítimas.
Parece una definición sencilla, pero el problema empieza cuando:
- no conozco mis derechos
- no tengo muy clara mi postura ante distintos hechos
- no estoy en contacto con mis verdaderos sentimientos
- no me creo merecedor de realizar peticiones, aunque sean muy legítimas.
II. ¿QUÉ REQUIERE SER ASERTIVO?
Ser asertivo requiere:
1) Una buena dosis de autoconocimiento:
¿Dedicas algún ratito del día a pararte y ser consciente de lo que pensaste, dijiste o hiciste?
¿Te permites sentir y poner nombre a tus emociones, aunque éstas te disgusten?
¿Conoces tus cualidades y áreas de mejora?
2) Otra dosis de información:
¿Cuáles son tus derechos?
¿Puede la cultura o poder dominante en la sociedad en la que te desenvuelves definir lo que es legítimo a costa de la pérdida de poder personal?
¿Cómo se hacen las cosas en distintos países y sociedades? Pudiera ser que donde tú vives se estuvieran obviando muchos de tus derechos.
3) Y mucho amor y respeto por uno mism@
¿Te valoras? ¿Te respetas? ¿Te acompañas? ¿Te mimas? ¿Te quieres?
Un buen indicativo es el lenguaje. ¿Cómo te hablas cuando te diriges a ti, cuando te miras al espejo, cuando cometes un error, cuando te entregas a una tarea? ¿Cómo recibes los elogios? A mi me encanta mi hijo que, cuando le dicen que es muy guapo responde: Si. Y ya está, ni gracias ni evasivas. Reconocimiento, sin más.
Bueno, este es un primer paso. Poco a poco, que queda mucho camino por delante.
III. ¿POR QUÉ SER ASERTIVO?
La asertividad facilita la comunicación. Si comunico claramente mis opiniones, deseos, intereses o conflictos evito que otras personas malinterpreten mis acciones, mi conducta o mis palabras.
Seguro que todos hemos caído en esperar e incluso casi exigir en que otros adivinen mis deseos. Pues a veces tenemos la suerte de esto suceda, pero la mayor parte de las veces no es así. Ahorraremos frustración y tiempo comunicando claramente lo que queremos.
Si hay mejor comunicación, hay también mejores relaciones interpersonales. Por la tanto, se favorecen las emociones positivas, en uno mismo y en los demás. Esto se traducirá en mayor bienestar y mejor calidad de vida.
Escrito por María
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