Lección
10: Mis pensamientos no significan nada
El objetivo es
liberarme de mis creencias.
Ninguno de mis pensamientos significa nada. No son reales, me dice el
libro. Entonces, ¿qué son? Porque parecen bastante reales.
Si son alegres me
levantan el ánimo, iluminan mi rostro,
encienden mi sonrisa. Si son tristes o temerosos, se reflejan en los
latidos de mi corazón, en el sudor de mis manos o en las arrugas de mi frente.
Normalmente
elijo dejar pasar los pensamientos negativos y me centro en los positivos.
¿Ninguno significa nada?
¿Qué son mis
pensamientos?, me pregunto. Dice Byron Katie que no hay pensamientos nuevos,
que son todos reciclados y que llevan cientos de años dando vueltas por el
mundo. A cada uno de nosotros le corresponde romper el ciclo de pensamientos
estresantes que esclavizan a generaciones enteras, durante varios ciclos
vitales.
Liberarme de
todo lo que ahora creo… Por lo menos
liberarme de cientos de pensamientos estresantes que llevan circulando en mi
entorno familiar desde hace generaciones. Pero tampoco soy totalmente consciente
de ellos, a menos que los oiga en boca de mi madre o mis hermanos.
A veces sí
que percibo en mí actitudes aprendidas en casa que me incomodan porque, si en
el pasado las censuraba en mis padres, ¿por qué he de sufrirlas yo ahora?
Creo
que ahora soy más amable conmigo misma, pero oigo a muchas personas hablarse a
sí mismas como si se odiaran: “Soy un desastre”, “No valgo para nada”, “Estoy
fatal”… Esos pensamientos no significan nada, pero creo que hacen mucho daño.
Dejo pasar
estas reflexiones, reflejo de la nada que son mis pensamientos. Respiro y
suelto todo. Sigo confiando en que un día alcanzaré la comprensión.
“El miedo es
tu propia invención, y no puedes sino creer en lo que has inventado” (Texto
1.6.4.2).
Escrito por María
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