Sé que hay muchas formas distintas de ver las cosas, todas las cosas, y quiero elegir, una vez más, la que más paz me traiga. Cuestiono mis pensamientos, como Byron Katie me ha enseñado. si hay alguno que me escuece en el alma me pregunto: ¿Eso que piensas es verdad? ¿Qué te hace sentir pensar así? ¿Quién serías tú sin ese pensamiento? Y así con todo lo que duele, hasta que ya molesta. Vuelvo a centrarme en el momento presente, en mis sensaciones, en percibir sin juzgar.
No es fácil, me decís... Ya lo sé. Yo llevo en ello mucho tiempo, pero el otro camino, el de sufrir porque sí me parece aún más complicado. Entonces, ¿por qué voy a elegir lo que más infeliz me hace?
Este otoño quisiera ser una osa que se prepara para dormir todo el invierno, pero me temo que es un tonto sueño y que me tocará madrugar y salir al frío de la mañana con el único abrigo de mis pensamientos en calma. Y deseo mucho que mi mente esté en paz y que todos mis pensamientos se aquieten.
Quizás así podré ser como un arbolito que, aunque pequeño y frágil, sabe desprenderse de lo viejo, y aguanta firme el temporal que ha de venir, preparándose, sereno, para florecer una vez más la próxima primavera.
Escrito por María
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