En la entrada anterior comenté tan sólo algunas de las dificultades que nos podemos encontrar al comenzar una experiencia de aprendizaje cooperativo. Estas situaciones problemáticas se referían a los compañeros profesores, que pueden llegar poner en duda nuestra iniciativa e incluso obstaculizarla. Son cosas que pasan y es importante aprender a vivir con la diferencia de opiniones y opciones metodológicas.
También es posible que los mismos alumnos no estén de acuerdo con este tipo de agrupamiento dentro del aula. Los equipos, salvo en ocasiones muy especiales, los forma el profesor o profesora, por lo que a los chic@s les va a tocar trabajar con compañeros y compañeras que no han elegido. Hemos de ser muy cuidadosos al explicar este aspecto y no forzar situaciones insalvables ni cargar a ningún crío con más de lo que puede asumir. He tenido clases en las que había un grupo numeroso de alumnos con diversas necesidades educativas, sociales o emocionales, por lo que hacer equipos era una tarea que exigía bastante planificación. Algunos autores, Pere Pujolás por ejemplo, abogaban por mantener los equipos el máximo tiempo posible. Lo cierto es que cuando pusimos en práctica la metodología, vimos que un trimestre en según que casos era más que suficiente e incluso excesivo. A este respecto siempre queda el buen juicio del docente que está en el aula, que es el que cuenta con más elementos para tomar decisiones. De cualquier forma, se pueden formar nuevos equipos para tareas puntuales en clases concretas (equipos de expertos, por ejemplo).
Es importante explicar las cosas al principio, no dar nada por supuesto y darles tiempo a asimilar los cambios. En este blog, al principio de este apartado de APRENDIZAJE COOPERATIVO, hay ejemplos de lecturas para motivar a las criaturas hacia esta forma de trabajar: la parábola de los gansos, la metáfora de la máquina de escribir o la "Asamblea en la carpintería" que se puede realizar como una representación teatral por equipos. Dependiendo de los niveles se pueden buscar ofertas de trabajo (ojalá encontréis muchas) donde se pidan "habilidades para trabajar en equipo". Se puede hablar de la importancia de saber comunicarse y cooperar y poner ejemplos de la vida diaria.
Otra experiencia de consciencia que se puede realizar es la siguiente: colocados los niñ@s en filas se les pide que miren al compañero que tienen delante. ¿Qué ven? ¿Saben cómo se siente, que piensa, qué hace desde esa posición? Después de un rato de observación y reflexión los colocamos en equipo. Ahora volvemos a mirarnos: ¡qué gran habilidad la de saber mirarse a los ojos sin temor y sin reservas! ¿Qué veo ahora? ¿Qué información me está llegando desde esta situación?
En fin, seguro que se os ocurren multitud de ideas para solucionar las dudas y conflictos que puedan surgir en el aula inclusiva y cooperativa. Vuestros comentarios serán bien recibidos y ayudarán a otros, seguro.
Escrito por María
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