La vida es como un viaje en tren...
Un viaje que puede acabarse en cualquier momento.
No hay reglas que marquen el final del viaje en función de la edad, el sexo o la bondad de tus acciones.
No temer bajarse del tren es fundamental para perder el miedo a que otras personas se apeen antes que tú.
Estar preparado para el final de este viaje es billete de primera clase para disfrutar del trayecto.
Eres libre para cambiar de vagón y escoger la compañía de distintos pasajeros.
Eres libre para saborear el paisaje o cerrar los ojos y correr las cortinas.
Pero más pronto o más tarde, habrás de bajarte del tren.
Cuanto antes lo asumas y lo aceptes, más pronto se abrirán ante tus ojos una infinidad de posibilidades durante el trayecto.
No lo desperdicies. Presta atención y disfruta.
Escrito por María
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