¿Has oído hablar de tu niñ@ interior?
Se habla mucho de ese pequeño que todos llevamos dentro, a veces con idea de animarnos a abrir una puerta al juego, a la diversión, a ciertos placeres que como adultos vamos olvidando desde que la sociedad insistió en recordarnos que era tiempo de madurar. Me gusta esa faceta de nuestro niñ@ interior. He tenido la suerte de contactar con esa niña que llevo dentro junto a mis compañeros de juegos cuando nos preparábamos para ser risoterapeutas.
Pero hay otras caras de nuestro niñ@ interior que también tenemos que conocer.
Para vivir esa parte de juego y risa que todos llevamos dentro, hace falta primero librarse de algunas lágrimas y de algunos dolores, nutrir al pequeño que en algún momento de su infancia se quedó sin aliento, sin apoyo, desvalido.
Contactar con esa parte de nosotros puede ser difícil, pero es importante entender que es normal, que no hay una sola infancia libre de dolor, y que si damos el paso de acompañar esa parte de nosotros que quedó desatendida, podremos acompañarnos el resto de nuestra vida.
Si no realizamos esta labor puede llegar a ocurrir que nos pasemos la vida demandando atención y cariño de los que nos rodean, incapaces de darnos a nosotros mismos el apoyo que necesitamos, convertidos en eternos niños que no pueden dar un paso sin ayuda.
Sanar la memoria, concederse el permiso de sentir aquello que quisiéramos no ver, no recordar. Sentir, consolarse a uno mismo, apoyarse, acompañarse...
Sentir y luego soltar, dejar marchar. Caminar junto al adulto que somos, con confianza, con esperanza, ligeros de equipaje, ligeros de cargas.
Escrito por María
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